Estamos a una semana de las elecciones italianas para elegir el nuevo gobierno, que deberá guiar el país por los próximos 5 años y también ese mismo gobierno deberá designar al nuevo Presidente de la república italiana que dura 7 años en su cargo.

El sistema de gobierno en Italia, prevé que un Primer Ministro ejerza la acción de gobierno y el Presidente de la república, es quien detiene el poder, representa al país y debe autorizar los procedimientos del gobierno, como así también tiene la capacidad de disolver las cámaras de diputados y senadores y llamar a elecciones o designar un primer ministro en caso de que el que se encuentra en la carga se dimita. El voto es un derecho, pero no una obligación y desde hace décadas la gente participa cada vez menos a los comicios.
En los años que llevo en Italia, no he visto una confusión tan grande como la que han logrado imponer en este momento entre los electores. Como bien dice el refrán: «cuando el rio esta revuelto los que mas ganan son los pescadores» y esta vez todo parece indicar que han logrado muy bien su objetivo.
Berlusconi, que después de dos años de mandato, se vio obligado a dimitir, en medio de todo tipo de escándalos y procesos judiciales en su contra, anuncio públicamente que no regresaba a la política.
El presidente de la república italiana designo un primer ministro que con un gobierno técnico, se ocupo de meter en practica una serie de reformas en todos los ámbitos de la administración publica y la economía a fin de sacar el país de la grave crisis en la que se encuentra, haciendo el trabajo sucio que ningún político hubiese jamás hecho para no quemar su futuro. Por poco mas de un año este gobierno anuncio y ejecuto medidas, en muchos casos drásticas a las que por primera vez, todos los partidos, tanto oficialistas como de oposición dieron su apoyo y su voto, aunque también aprovecharon para introducir modificaciones y así evitar sobre todo, la perdida de privilegios de la clase política. Una vez que se alcanzaron los principales objetivos personales de los partidos políticos, Berlusconi hizo todo lo posible para que el gobierno técnico cesara en sus funciones y esto se verifico hace ya un par de meses.
Ahora Berlusconi se presenta nuevamente como líder de uno de los principales partidos en el que han ya designado un personaje que hará las veces de primer ministro en caso de ganar las elecciones, pero que obedecerá ciegamente a las ordenes del líder y según el mismo Berlusconi, el solo se ocupara de los ministerios de economía y desarrollo.
Hasta hace solo unas semanas, en Italia nadie pensaba que Berlusconi pudiera volver a recuperar credibilidad y se daba por descontada la victoria de su principal partido de oposición. Bastaron algunas pocas promesas la mayoría descabelladas y declaraciones publicas, como defender la vida y obra de Mussolini, para que la gente volviera a alzar las banderas a su favor. Si regresa al poder el partido de Berlusconi, se propone deshacer todo lo que hizo el gobierno técnico, aun habiendo ya votado por todo ello y además promete: abandonar el Euro y volver a la Lira, devolver los impuestos extraordinarios que se han recaudado para salir de la crisis, pidiendo prestamos al exterior por que el Estado italiano no se encuentra en condiciones de hacer frente a un compromiso semejante y crear 4 millones de puestos de trabajo, que nadie sabe de donde saldrán, ya que se continúan a cerrar empresas, con un ritmo de 1000 por día.
El histórico partido aliado de Berlusconi, la Lega Nord, después de haber declarado que nunca mas se volvería a presentar como candidato con ese personaje, ahora vuelve a firmar un pacto de gobierno con el único objetivo de afirmarse en el poder de las principales y mas ricas regiones del norte de la península: Piemonte, Lombardia y Veneto, a fin de poder controlar autonomamente los ingresos económicos de esas regiones, no coparticiparlos con el resto del país y ejercer presión en las principales medidas económicas del país y en las leyes referentes a inmigración.
Por estos días, en Italia salen a la luz innumerables escándalos de corrupción, que ya son parte del folclore italiano y que involucran a lideres y representantes políticos de los mayores partidos, tanto de derecha como de izquierda. Desde malversación de fondos, pasando por coimas millonarias a favorecimiento de empresas, bancos y demás delitos de carácter económico. Esto ha influenciado de mucho las preferencias del electorado, hacia uno y otro lado.
El ex primer ministro del gobierno técnico, que había expresado su intención de no intervenir en política al momento de la dimisión, ahora se presenta con un movimiento de centro, polo que había desaparecido de la escena política italiana en las últimas décadas y propone seguir adelante con las reformas y políticas para resanar la economía y la situación general de la península.
También han surgido movimientos populares, que están recaudando adeptos en masa a lo largo y ancho de la península, ya que permiten de participar a personas comunes, que solo se inscriben en un sitio web y que cansadas del hastío de continuar viendo desde hace décadas siempre las mismas caras en los manifiestos electorales, pueden proponer y llevar adelante proyectos para el bien común.
Faltan solo 5 días para las próximas elecciones, en Italia no ha cambiado nada, el panorama es muy incierto y el resultado de estos comicios no solo es importante para el futuro de este país, sino también de todos los países de la zona Euro.