La crisis no solo ha provocado la disminución del numero de inmigrantes que están llegando a Italia, sino que también muchos ha decidido de retornar a sus propios países de orígenes, donde las condiciones han mejorado o al menos ofrecen mejores perspectivas de las que actualmente se viven en esta península.

En los últimos cuatro años, la cantidad de nuevos inmigrantes que llegan a Italia se ha reducido de 3/4, respecto al flujo normal y han aumentado las personas que emprenden la retirada, se transfieren a otros países o solicitan que se les ayude para poder regresar a sus orígenes.
Las posibilidades de desarrollar un trabajo en Italia se han reducido notablemente y no solo a nivel de empleos legalmente registrados, sino que también en el ambiente irregular: «trabajos en negro», las ofertas son muy limitadas. Principalmente se están regresando, personas que han llegado desde Europa del Este, China, África y Sudamérica, que aquí realizaban trabajos en sectores como: agricultura, construcción, artesanos, asistentes de personas minusválidas, tareas generales e incluso las prostitutas. Quedarse en Italia sin documentos, sin un empleo, sin sostén social del Estado, significa entrar en la marginalidad, acumular deudas, perder la propia dignidad.
Regresando a los países de orígenes, que en la mayoría de los casos han registrado un crecimiento o han mejorado las condiciones en los últimos años, contrariamente a lo que esta sucediendo en Europa, se puede contar sobre mayores posibilidades de acceder a un empleo, el sostén de la propia familia y un costo de vida menor al que aquí se mantiene.
Via: Repubblica