Como es de publico conocimiento, desde hace poco mas de una semana el tristemente famoso Coronavirus hizo irrupción en Italia y desde ahí a todo el continente. Se sentían noticias de que había algunos turistas con síntomas o que habían dado positivo a los test, pero no había mas casos o al menos no se habían hecho los controles necesarios para detectarlos, entre la población italiana.
De repente, el primer caso de coronavirus, de un joven operario, atleta en el tiempo libre, en una pequeña población en plena Pianura Padana en Lombardía, uno de los denominados satélites de la gran ciudad de Milano, donde se alojan personas que viven y trabajan en la gran urbe y viajan cotidianamente.
Ese pueblo llamado Cododgno, en el que estuve alguna vez, visitando amigos y que tiene una estación de tren mas famosa que el pueblo hasta ahora, por ser uno de los nudos ferroviarios de esa parte del norte de Italia, con una vida tranquila y una zona industrial aledaña, paso a ocupar la tapa de todos los medios de noticias como el foco infeccioso italiano.
A partir de allí, parece una cosa increíble, comenzaron a aparecer casos de coronavirus por todos lados y hasta se produjo el primer deceso pocas horas después, todos relacionados con personas que viven en ese pequeño pueblo o que estuvieron allí por algún motivo circunstancial. La gran mayoría de los contagios que se están verificando en gran parte de la península, tienen algún tipo de relación con ese poblado, es como si fuera el ombligo de Italia.
Los italianos en su gran mayoría son muy reacios a hablar de la muerte, es casi un tabú y en un país, donde una buena feta de la población es anciana, poco instruida en muchos casos, el sucederse de noticias relativas a las victimas fatales del coronavirus , ha creado un pánico generalizado en poquísimo tiempo. Hay que destacar que hasta el momento las personas fallecidas son todas mayores y que ya tenían algún tipo de problemas o se encontraban internadas en hospitales y que luego dieron positivo a los test.
Como he comentado en post anteriores, la situación política y social italiana esta en un punto de efervescencia permanente desde hace ya varios años, por la inestabilidad de los diferentes gobiernos que se han sucedido y porque Italia es uno de los pocos países que no ha logrado arrancar definitivamente desde la crisis que comenzara en 2008.
El crecimiento de los movimientos populistas, sobre todo de derecha y extrema derecha, legados al fascismo, es una constante en Italia, pues la insatisfacción y el hastío en la población es palpable. La falta de soluciones concretas y el propagarse de la precariedad laboral, sumado a que muchos sectores son vulnerables o fácilmente manipulables, en cuanto poco instruidos, son el caldo de cultivo para que los oportunistas de turno puedan prometer lo que les de la gana.
Los politicantes que le hablan a la panza del país, que dicen aquello que muchos quieren sentir, que están siempre en el momento justo, en el lugar justo para sembrar sus miserables semillas, han creado un clima de creciente odio e irracionalidad, que en estas circunstancias que esta viviendo la península por el coronavirus aprovechan para sacar su tajada y han sido también los propulsores del pánico y el ansia que ha invadido las casas de todos quienes vivimos en Italia.
Este coronavirus, que lamentablemente esta llegando a cada uno de los rincones de nuestro planeta es la enésima excusa para justificar cualquier tipo de barbaridades. Por que de eso se trata, de comportamientos bárbaros, de personas que son vulnerables o fácilmente manipulables y que tormentados por el miedo y empujados también por la desesperación, alimentado por algunos personajes desprejuiciados, llegan a ejercer acciones impensadas y a exponer todo lo peor de los seres humanos.
Inicialmente la atención estaba concentrada en los inmigrantes provenientes de oriente, que han tenido que padecer todo tipo de desprecios e incluso ataques físicos. Se llamaba al cierre de todas las fronteras, incluso no faltaron los «iluminados» que proponían ghetos para concentrar a los «culpables de esta plaga bíblica» e invocaban un virus letal que acabaría con al menos mitad de la población italiana.
Cuando comenzaron a aparecer los casos de contagio de coronavirus entre la población local italiana, el pánico se desato a través de redes sociales y otros canales de parte, donde se hablaba de cierre a tiempo indeterminado de algunas ciudades y por lo tanto, se puso en marcha la carrera a los supermercados y negocios que venden productos para la higiene personal.
Así mismo, los residentes en las zonas involucradas en la emergencia, originarios de otras regiones de Italia, principalmente estudiantes y algunos trabajadores, pensaron que era mejor pasar la cuarentena de coronavirus que se ha impuesto en muchas zonas del norte de Italia, en compañía de sus respectivas familias y fue así que también se produjo una fuga masiva en diferentes medios de transporte, incluso en algunos casos no se sabe como lograron superar los controles.
El resultado ha sido que en muchos casos estos fugitivos se han convertido en irresponsables propagadores.
Circulan imágenes de verdaderos saqueos a las góndolas, donde el comportamiento irracional se ve en su máxima expresión. Gente que sale de los distintos ejercicios comerciales cargados como para enfrentar un cataclismo, cuando por suerte, en Italia, lo que menos hay es desabastecimiento, las empresas no paran de producir y hay depósitos extra colmos de productos de lo que sea necesario.
A los comerciantes de cualquier genero, lo único que les interesa es vender, por lo tanto, en ningún momento se han puesto limites a la cantidad de artículos que cada consumidor puede adquirir y así han ido apareciendo los especuladores de turno y hasta el momento es todo un misterio el porque no sea posible encontrar en ningún lado: gel desinfectante para manos, que desde que tengo memoria cuesta 2 euro la botella de 80ml y tampoco se consiguen mascaras protectoras de ningún tipo que siempre se han vendido en paquetes y con un costo ínfimo en algunos casos.
Ni en los negocios que venden material para bricolaje se consigue una mascara para protegerse del polvo y otros agentes.
En las principales webs de comercio online y otras que han surgido para la ocasión, es posible acceder a los productos anteriormente mencionados, pero con un recargo en el precio que en algunos casos ha alcanzado el 1.000%.
Productos de baja calidad o que no cumplen con las normas para aislar de ningún tipo de virus o contaminación, vienen presentados como especialmente diseñados para afrontar contaminaciones y epidemias con precios desorbitantes. Lógicamente las fuerzas del orden italianas están operando y haciendo controles en muchas zonas de la península a fin de desenmascarar a los delincuentes que piensan enriquecerse con la desesperación ajena.
Ya a mitad de esta semana y pasados apenas 3 o 4 días del comienzo de la emergencia, a raíz de que se decreto el cierre de algunas ciudades o poblaciones y la obligación para los pobladores de las zonas afectadas de permanecer en sus respectivos domicilios, con los respectivos controles por parte de las fuerzas del orden, los representantes de la oposición al gobierno actual y algunos empresarios allegados, comenzaron a manifestar su preocupación por las perdidas económicas que esta situación esta creando.
Lamentablemente, este coronavirus ha golpeado el corazón económico Italiano desde el principio, pues las regiones con mas problemas, son las mas ricas y productivas: Lombardía, Véneto, Piemonte y Emilia Romagna. Allí están radicadas las empresas italianas mas importantes y que generan la mayor parte del Producto Bruto Interno.
La parálisis de esas empresas o ciudades, esta generando daños muy importantes a nivel económico y también esta poniendo a dura prueba el Sistema Sanitario Nacional, aunque también hay que considerar que es una ventaja que justamente el foco de la emergencia se encuentre allí en el norte, por que son las regiones mejor equipadas para afrontar esta situación.
Si hubiese comenzado en el sur de Italia, hoy estaríamos contando otra historia, aunque lamentablemente el virus esta llegando a cada rincón de la península.
Las autoridades italianas han elaborado un protocolo para afrontar esta situación del coronavirus y en todos los casos, la recomendación es permanecer en cuarentena, si no es necesaria la internación en nosocomios, encerrados en casa, se cierran los colegios, se postergan o suspenden actividades o manifestación en las que se produzcan concentraciones masivos de personas y se invita a la población a mantener la calma y realizar sus actividades cotidianas evitando situaciones de riesgo. Incluso muchas empresas e incluso escuelas, están implementando soluciones a distancia por medio de internet, a los fines de evitar la parálisis total.
Paradójicamente Italia ha pasado en pocos días a ser el foco infeccioso de Europa y el mundo, pues a diario sentimos noticias de que el coronavirus ha sido transportado por italianos o personas que han pasado por la península. La península que rechazaba a los inmigrantes, ahora ve a ciudadanos italianos que son bloqueados o reenviados de regreso por miedo a que puedan propagar el virus.
El turismo esta casi bloqueado en Italia, se producen cancelaciones de todo tipo en albergues y transportes. Las empresas italianas no logran vender sus productos o reciben el orden de rechazo de los mismos en el exterior y ahora los mismos que llamaban al cierre de las fronteras, están haciendo propaganda para invitar a venir en Italia por turismo, minimizando la situación e invitando a la población a reprender la actividad de forma normal aun a riesgo de empeorar las cosas.
La oposición al actual gobierno italiano, que en mayoría es de derechas y filo fascista desde hace bastante esta empujando para que se llame nuevamente a elecciones o a la formación de un gobierno de emergencia, lo que no hace mas que provocar mayor inestabilidad institucional y pone en peligro el sistema democrático.
Como dice el refrán: «cuando las aguas están revueltas, solo ganan los pescadores» y esta situación que al momento es una incógnita total cuanto puede durar y como terminara, esta poniendo a dura prueba todos los sectores de Italia y del mundo donde lamentablemente existe mas de un equilibrio precario.