Tener un título en la mano sirve para encontrar trabajo en Europa, pero no en Italia. Es cuanto emerge del informe de la OCDE «Panorama de la Educación«.

En Italia un titulo universitario no garantiza nada, el 16% de los adolescentes que optan por asistir a una universidad después de graduarse de la escuela secundaria permanecen desempleados. Una cifra impresionante, ya que la media europea del 5,3%. Otra característica italiana es que los alumnos no trabajan mientras asisten a la universidad. Solo el 5% de los estudiantes italianos trabajan menos de diez horas a la semana, en contraste con Canadá, Estados Unidos e Islandia, donde se llega a trabajar hasta 34 horas por semana.
En Italia el reclutamiento y la contratación de profesores, así como la evaluación y el mérito, posicionan al país entre los últimos del grupo de 34 con respecto a la autonomía. Debido a la ausencia de un sistema de evaluación para juzgar las acciones de los dirigentes y maestros.
Existe un cráter, grande siete años, en la que están sumidos los jóvenes italianos, siete generaciones de graduados que cayeron en los peores años de la economía italiana. Títulos de estudios completados entre 2008 y 2014, listos para entrar en el mundo del trabajo, pero en comparación con quienes han llegado antes, deben hacer el doble de esfuerzo.
Algunos pequeños cambios han comenzado a verse, pero siguen siendo los problemas que afectan al empleo, el salario, la carrera. Incluso en el medio y largo plazo. La fuga de cerebros, es un problema no sólo italiano. Desde 2008 hasta 2014 emigró al exterior un grupo de italianos cuya educación en su conjunto ha costado el Estado 23 mil millones de euro. Italia ocupa el primer lugar a nivel de Comunidad Europea por la cantidad de jóvenes que no tienen, empleo, no estudian ni realizan cursos de formación profesional.
El porcentaje de italianos de entre 15 y 24 años, supera el 22%, más que un joven de cada 5 se encuentra en esta condición. La media europea es de 13%. Solo un joven italiano de cada 5 llega a obtener un titulo universitario, pero no logra acceder a un empleo.
De acuerdo con estimaciones realizadas por la OCDE y actualizadas a 2010: 450 mil migrantes se fueron a los EE.UU. como la primera meta de los italianos expatriados. Le siguen: Francia, Alemania, Canadá, Suiza y Australia. El flujo hacia el Reino Unido se llevo 140 mil italianos, le sigue España. Otros grupos más pequeño, se fueron a buscar fortuna en Polonia, Irlanda o incluso en Grecia y Japón. Los italianos con menos educación a menudo tiende a irse para Alemania, España y Suiza.

Los datos del último informe Almalaurea, el 17°, sobre «El empleo de los graduados italianos«, presentado en la Universidad Bicocca de Milán dice que:
Un año después de alcanzar el titulo magistral, el 70% están trabajando. Después de un titulo breve de tres años, alrededor del 66% se emplea. En el caso de las carreras como: arquitectura, farmacia, derecho, medicina, veterinaria, se emplean al 49% a un año de alcanzar el título, que en la mayoría de los casos, requiere seguir estudiando y formándose sin ser remunerado, para obtener acceso a la profesión independiente. Para quienes obtienen un titulo a cinco años, el empleo, sin importar el tipo de título, está cerca de 90% después de un año.
En Italia predomina el sistema de empresa familiar con el 66%, frente al 36% en España y el 28% en Alemania. Un bajo nivel de educación de los empresarios, la limitada capacidad para la innovación y la internacionalización. Sólo un empresario de cada cuatro, tiene un título universitario, frente al 54% de la media europea y el 68% en Francia. Es esta la causa de que las empresas italianas no son muy innovativas, con poca capacidad de evaluar cuanto puede ser útil un graduado y mejorar los recursos internos. Es necesaria una política industrial que mejore el sistema de producción. A las empresas que acusan a la universidad, de no preparar convenientemente a los jóvenes para el mercado laboral, se debe responder que el sistema de negocios no desempeña como es debido su tarea. Pueden ir al exterior a buscar buenos graduados, como hacen los alemanes. En Italia sólo se conoce un flujo de mano de obra calificada que escapa y no que ingresa.
La diferencia entre la tasa de desempleo entre los recién graduados universitarios y graduados de escuela secundaria aumentó de 3,6% a 12,3%, lo que confirma que los mejores empleos son para los primeros respecto a los segundos y las posibilidades son mejores con el tiempo, tanto en términos de oportunidades de empleo (75,7% de los empleados, entre los primeros, frente al 62,6% de los últimos) que de la remuneración, siendo que graduados universitarios ganan alrededor 50% más que los que solo tienen un titulo secundario.
El informe también dice que aumentan los salarios a un año después de la graduación 1.000 euro netos al mes y cinco años después 1300 euro. Para quienes optan por ir a trabajar en el exterior, después de cinco años, obtienen un salario promedio de 2.043 euro mensuales.
Con el paso del tiempo tiende a mejorar la situación. La creciente estabilidad en el empleo autónomo y a tiempo indeterminado, especialmente para los graduados de las profesiones de la salud e ingeniería. Le siguen la química-farmacología y economía y estadística. Debajo de la media, los profesores, geo-biólogos, licenciados en derecho y la literatura.
Pero en Italia sigue siendo bajo en porcentaje de graduados. De cada 100 jóvenes de entre 25 y 34 años, los graduados representan sólo el 22%, contra la media europea en 21 países que es del 37%, el promedio de la OCDE es de 39%.
Por último, los autores del informe sugieren realizar pasantías de formación y prácticas como así también, estudios en el extranjero. Esto produce un incremento de hasta el 20% en las posibilidades de encontrar trabajo.
Via: Repubblica