En post anteriores en que hablaba sobre la desocupación en Italia, me he referido a la situación que esta atravesando no solo Italia, sino también el entero continente europeo. Esta crisis es de carácter global y en mayor o menor medida esta golpeando todos los continentes. El valor del Euro y del petróleo, la recesión y la falta de certezas a corto y mediano plazo están llevando a la disminución de las fuentes de trabajo, a la reducción de gastos por parte de empresas y consumidores y las consecuencias se están haciendo notar con gran fuerza en todos los sectores de la economía.
Días atrás, comentaba en un post, sobre la decisión del gobierno italiano de cerrar las fronteras a la inmigración en Italia por los próximos dos años, a fin de evitar el aumento de personas en situación de emergencia, sea por la falta de empleo como por el riesgo de perderlo en los próximos meses. En lo personal, creo que este sin lugar a dudas, no es un buen momento para emigrar hacia Europa en general y en Italia, que es la realidad que mas conozco, menos que menos.
Los países desarrollados buscan solo mano de obra calificada, personas con titulo universitario, jóvenes de menos de 30 años de edad, gran capacidad de trabajo y productividad y buen conocimiento de las principales lenguas.
La escasez de puestos de trabajo, la precariedad de los contratos en Italia, la tendencia a no aumentar los salarios, empujados por la deflación y por que ademas la gran carga impositiva que pesa sobre los mismos en Italia y las posibilidades de reducirlos drasticamente si se establecen bases en otros países con menos presión fiscal, como asi tambien el ingreso de inmigrantes ilegales, dispuestos a emplearse por retribuciones muy bajas, esta creando una fuerte tensión entre los habitantes locales y los extranjeros.
Para quienes vienen de países con muy bajo nivel de desarrollo, como es el caso del continente africano y algunos países del este de Europa u Oriente, sin dudas el ingreso en la Comunidad Europea, significa no solo un gran logro, sino también la posibilidad de crecimiento. Este tipo de inmigrantes, de bajo nivel formativo en su mayoría, dispuestos a desarrollar tareas de bajo nivel, no solo como calificación sino también remunerativo, encuentran aquí la posibilidad de un verdadero cambio de vida, de mantener a sus familias en el país de origen, de hacerlas progresar, etc.
Por el contrario y para quienes venimos de países, como en mi caso de Argentina, que tienen un nivel de desarrollo medio alto en este momento y han tenido históricamente standard de vida superior a los países a los que me refiero anteriormente, pues la desilusión puede que sea muy grande.