Amsterdam declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la capital holandesa es una pequeña joya que brilla en los reflejos de sus mil canales, colores vivos y tendencias culturales. Sus pequeñas calles, donde suelen pasar sólo bicicletas, le dan un ambiente íntimo y dan a los visitantes una sensación de «hogar». Amsterdam no es sólo las cafeterías, el Museo Van Gogh y la zona roja.
Si planea visitar esta hermosa ciudad y quieren ir más allá de las apariencias, tome en cuenta algunas cosas que seguramente serán de utilidad para conocer la ciudad a fondo. Vale la pena dedicarle tiempo a esta magnifica ciudad y las mejores ofertas de hoteles para dormir en Amsterdam se encuentran en internet.
A continuación algunas de las actividades mas interesantes que se pueden realizar en Amsterdam:
Una visita obligada es el Bloemenmarkt o mercado de las flores, un pequeño y encantador mercado flotante de flores en un canal y dejarse invadir por la intensidad de los colores y aromas. Allí será posible comprar algunos bulbos de tulipanes, para al regresar sembrarlos en casa y tener un hermoso recuerdo de este maravilloso país.
Alquilar una bicicleta para explorar la ciudad sobre dos ruedas, es un excelente modo de iniciar la visita. Alquilar un barco a pedal o un pequeño barco y navegar en el río Spui. Una forma ideal de conocer a la gente del lugar y por que no, unirse a una fiesta privada.
Escuchar un concierto (gratis) en el Vondelpark o asistir a un concierto de música clásica en el Concertgebouw (gratis todos los miércoles a las 12.30 horas), o en la primera fila en un banco de la plaza Spui.
Probar los quesos holandeses en las gradas del mercado, en un bar, restaurante o durante un picnic. Degustar una cerveza por menos de 2 € d en el molino de viento de Brouwerij‘t IJ”, que ha conservado una pequeña, antigua fábrica de cerveza.
Detenerse en una panadería holandesa y dejarse tentar por un pequeño dulce de chocolate cubierto con almendras machacadas y frutos rojos, un bollo cubierto con queso feta, aceitunas y tomates secados al sol, o tal vez una tarta de limón con higos. En alternativa hacer un brunch para degustar la famosa salsa holandesa, usándola para cubrir las tostadas.
Tomarse un descanso en uno de los tradicionales «café marrón» en Amsterdam, los bistros típicos de Holanda donde se puede tomar un café, un desayuno o una buena cerveza. Beber un cóctel y otras bebidas alcohólicas en Tales and Spirits recientemente declarado el mejor bar de Europa.
Visitar la casa de Ana Frank, un lugar lleno de historia y emoción. Visitar la biblioteca en Amsterdam, la biblioteca más grande de Europa. Visitar el jardín secreto de Begijnhof, escondido detrás de una puerta grande en la plaza Spui.
Admirar los caballeros de la Manege Hollandais. Visitar la iglesia de Zuiderkerk y sus exposiciones sobre proyectos urbanos en Amsterdam.
Pasear por la Nieuwe Spiegelstraat, explorando las pequeñas galerías de arte. Visitar el Tuschinski, una magnífico cine de art-deco de 1921. Comprar algo original en una de las muchas tiendas de artículos clásicos en el distrito Pijp o en el mercado de Cuypmarket.
Visitar algunos museos muy originales, como e de las carteras, las gafas, el del café.
Salir de la ciudad y descubrir Delft, a 50 km de Amsterdam, para visitar las pequeñas casas que datan del siglo XVII.
Buen viaje!